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Por el poder de tu Espíritu Santo, te pido Señor Jesús que llenes de tu amor, paz, paciencia, bondad, generosidad y autocontrol aquellos que sufren de rencor, odio y tienen un corazón herido. Que tu mano sanadora descanse sobre ellos y como tu palabra dice en Filipenses 4:7
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.